Cada vez es más habitual ver la siguiente escena: niños que prefieren jugar con el móvil, la tablet o el ordenador más que con juguetes tradicionales. Queramos o no, la tecnología forma parte de nuestras vidas y no lo podemos cambiar. Lo que sí podemos es modificar la manera en que la utilizamos para conseguir usarla en beneficio propio, por ejemplo en el terreno de la creatividad, ya que el ser humano tiene una capacidad creativa infinita.
Para Jesús Ibáñez, investigador postdoctoral en Informática, «la tecnología está en todas partes, y es mucho más fácil de usar y accesible. Pero al mismo tiempo, más orientada al consumo. Al tener hijos, comenzó a preocuparme un poco el aspecto consumista/pasivo de la informática». Por eso, ha creado Invéntame, una herramienta digital que invita a que el niño invente sus propios juegos fomentando así su creatividad y proactividad.
«Si quieren jugar en la tablet, antes han de inventar, crear, fabricar manualmente. Esa idea es simple, pero me parece potente. Creo que cambia un poco el paradigma de los videojuegos. En lugar de tratar a los niños como consumidores pasivos, los trata como creativos inventores. Pone el foco en el proceso creativo, no en la parte técnica. Y a la hora de jugar en la tableta o el móvil, les traslada la responsabilidad de controlar las reglas, tal y como hacen cuando juegan en el mundo real», añade Ibáñez.