Durante décadas, Elche ha sido reconocida como la ciudad referente donde se fabricaba calzado en España. Los elevados costes de materias primas junto con la enorme competencia de las exportaciones de otros países que producen con bajos costes de producción hicieron que la industria del calzado se resintiera durante un tiempo. Pero las cosas, afortunadamente empiezan a cambiar.
Fran Torrecillas y Francesc Maciá tuvieron una idea brillante para crear un nuevo arquetipo de calzado. «La idea surge hace unos 7 años, prácticamente a la par de cambios a nivel personal en cuanto a los hábitos alimenticios se refiere. Hay un punto de inflexión en el que uno decide cambiar su alimentación por motivos éticos y paralelamente a ello se empieza a crear el proyecto de calzado libre de productos de origen animal, a lo que se le fue sumando con el tiempo la sostenibilidad, lo que a su vez nos condujo a lo que se denomina como economía circular, una economía que emula el funcionamiento de la misma naturaleza, donde todo es útil y el concepto basura ni tan siquiera se contempla», declara Maciá.