Quizás te suene. Falta de ventanas practicables, la sensación de que no se ventila bien o apenas circula el aire y un pasmoso efecto contagio cuando el compañero llega el lunes con catarro. Según el Observatorio DKV Salud y Medio Ambiente 2015 hasta un 30 % de oficinas en España padece el Síndrome del edificio enfermo (SEE), lo que la Organización Mundial de la Salud define como el conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire interior en espacios cerrados, fundamentalmente oficinas.
¿Soluciones? Los jardines verticales en paredes y fachadas son una de ellas. Y en eso trabaja desde hace varios años Terapia Urbana, una empresa de arquitectos e ingenieros agrónomos, nacida de la Universidad de Sevilla y dedicada a la llamada naturación urbana, dentro y fuera de España. ¿Su objetivo? Mejorar la calidad ambiental y la eficiencia energética, desarrollando bajo su propia patente (Fytotextile) sistemas que integran la naturaleza en edificios y otros espacios urbanos, buscando paliar los efectos que la falta de vegetación causa en el medioambiente, los edificios y las personas.
Plantas que curan ciudades
En los jardines verticales las plantas crecen y se desarrollan en la pared, y no desde el suelo como en los tradicionales sistemas de trepadoras. Y estos sistemas vegetales proporcionan múltiples beneficios, más allá de la mejora en la habitabilidad de un edificio. Ayudan a filtrar el aire, fijando el CO2 y los contaminantes volátiles, aportan oxígeno y humedad, mejoran el aislamiento pasivo de las fachadas y el confort acústico del edifico, reducen la temperatura de los núcleos urbanos, suavizan los efectos de lluvias torrenciales y suponen un soporte para pájaros, insectos e invertebrados, mejorando la biodiversidad de las ciudades. Además de una mejora en la estética y en la sensación de bienestar y relajación para el viandante.
“La importancia de las zonas verdes en los entornos urbanos es vital, y máxime desde que el crecimiento de la población y la urbanización en éstas ha ido minimizando la presencia de espacios naturales. Las zonas verdes son un indicador de la calidad de vida en los entornos urbanos, y así lo define la OMS, que establece un ratio mínimo de zona verde de 10-15 m2 por habitante en las ciudades, que todas deberían superar. Por desgracia, en la mayoría esto no se cumple, y es ahí donde los sistemas de naturación urbana son especialmente útiles para poner en valor muchas superficies que de otra manera no podrían enverdecerse, como fachadas, paredes y azoteas”, señala Fernando Hidalgo, uno de los creadores de Terapia Urbana.
No hace falta ser una gran empresa o contar con un edificio imponente para beneficiarse de los efectos de un jardín vertical. “En estos momentos, estamos trabajando por toda España, y también en Sevilla, donde recientemente hemos realizado jardines verticales en una farmacia y varios restaurantes, y estamos trabajando en un hotel del centro de la ciudad”, nos cuenta Hidalgo. Su empresa creó el año pasado más de 2000 metros cuadrados de jardines verticales dentro y fuera de nuestras fronteras y su objetivo, como él mismo señala, es convertirse en referencia y seguir ayudando a mejorar la biodiversidad en los entornos urbanos.

Laura Prieto Calvo

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